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China

¿Cómo es Shaanxi, el pueblo de Xi Jinping?

El padre del presidente chino nació y creció en Shaanxi, donde vivió, luchó y trabajó, durante casi 40 años.

Xi Jinping habla a menudo de su pueblo natal.

En septiembre de 2013, en Kazajistán, pasó a la historia un importante discurso sobre “Construir juntos la franja económica de la Ruta de la Seda”.

La gente recuerda que en la abarrotada sala principal de conferencias de la Universidad Nazarbayev, Xi Jinping se dirigió conmovido a estudiantes y profesores: “Mi pueblo natal, Shaanxi, está situada en el punto de partida de la antigua Ruta de la Seda. De pie aquí, mirando hacia atrás en la historia, me parece oír el sonido de las campanas de los camellos resonando en las montañas, y ver los rizos de humo volando en el desierto. Todo esto me hace sentir muy cerca de ustedes”.

El 13 de febrero de 2015, Xi Jinping regresó a la aldea de Liangjiahe, provincia de Shaanxi, para visitar a los campesinos. Se detuvo en un tramo del sendero montañoso, mirando hacia lo lejos.

El padre de Xi Jinping, Xi Zhongxun, nació y creció en Shaanxi, donde vivió, luchó y trabajó, durante casi 40 años. En mayo de 2023, durante un banquete de bienvenida para los jefes de Estado de Asia Central y sus cónyuges que asistieron a la Cumbre China-Asia Central en Xi’an, Shaanxi, Xi compartió con sus invitados: “Shaanxi es mi pueblo natal. Viví y trabajé aquí durante muchos años”.

A finales de la década de 1960, Xi Jinping se trasladó de Beijing a un pequeño pueblo llamado Liangjiahe, ciudad de Yan’an, provincia de Shaanxi, donde pasó siete años como agricultor. Allí se alejaba de su familia, durmiendo en casa-cueva, siendo picado por las pulgas. Sobrevivía junto con los campesinos del pueblo pastoreando ovejas, cortando hierba, recogiendo estiércol y acarreando carbón. En octubre de 1975, antes de abandonar Liangjiahe, Xi Jinping dijo a los campesinos de la aldea: “La gente de Liangjiahe me aceptó y me ayudó desinteresadamente, y me permitió entrar en la sociedad de aquí, uniéndome a la Liga de la Juventud Comunista, ingresando en el Partido Comunista y convirtiéndome en secretario del comité de la aldea del Partido. Desde aquí, regresé a la ciudad para asistir a la universidad. Todo lo que Liangjiahe me dio, no lo olvidaré jamás”.

Xi Jinping y su esposa Peng Liyuan, que se encontraban en Costa Rica en visita de Estado, visitaron el 3 de junio de 2013 a la familia Zamora, una familia de agricultores locales.

Ya sea sentado en el pequeño patio de la casa de un campesino costarriqueño, de pie en un atril en el Estado de Washington, EE. UU., o asistiendo al Foro de Alto Nivel sobre la Reducción de la Pobreza y el Desarrollo, o como anfitrión del Diálogo de Alto Nivel sobre el Desarrollo Global… Xi Jinping siempre recuerda los años que pasó en Liangjiahe.

“¿Qué significa nostalgia? Significa que echarás de menos este lugar cuando lo dejes”. Años después, Xi Jinping regresó a Liangjiahe para visitar a los paisanos con regalos de Año Nuevo que él mismo había comprado, y en cuanto entró en el familiar hogar de cueva, se sintió como en su propia casa y se sentó con naturalidad en el borde de la cama de ladrillos.

Zhengding de Hebei, también es un lugar que Xi Jinping añora a menudo.

“Recuerdo la época en que estaba con mis camaradas todos los días, hablando, pensando y trabajando juntos, tenía una comprensión y un sentimiento directos de las alegrías y las penas de la gente del lugar.” En julio de 2013, Xi Jinping fue a Hebei para investigar las prácticas de educación de la línea de masas del Partido Comunista, durante las cuales acudió a la aldea de Tayuanzhuang, Zhengding, para visitar a los cuadros y a las masas. Cuando volvió a visitar el pueblo después de muchos años, dijo: “Me conmovió la escena y recordé los acontecimientos pasados en Zhengding, que eran tan vívidos como una película.”

Xi Jinping, entonces secretario del comité del Partido del distrito de Zhengding, provincia de Hebei, instaló temporalmente una mesa en la calle para escuchar las opiniones de la gente en 1983.

En la primavera de 1982, Xi Jinping renunció voluntariamente a las favorables condiciones de Beijing y fue a trabajar a Zhengding, un “distrito pobre, pero de alto rendimiento”. En los más de 1.000 días y noches transcurridos desde entonces, se desempeñó como vicesecretario y secretario del comité del Partido del distrito y realizó una gran labor pionera, planificando estrategias, clarificando ideas y sentando las bases para el desarrollo de Zhending.

Al escribir el prefacio de Zhengding Antigua y Moderna, Xi Jinping escribió: “Zhengding es mi segundo pueblo natal. Tiene una larga historia, una espléndida cultura y gente laboriosa. Amo a mi pueblo natal”.

La luna brilla más en el pueblo natal.

En sus propias palabras, Xi Jinping dijo: “Aunque solo llevo más de tres años en Zhengding, han sido tres años inusuales, tres años extraordinarios”. La razón por la que es “inusual” y “extraordinario” es que ha vinculado sus alegrías y penas a la gente que nació y creció allí.

De Liangjiahe a Zhengding, de Fujian a Zhejiang, Shanghai y Beijing, y luego a su elección como secretario general del Comité Central del PCCh, presidente del Estado y presidente de la Comisión Militar Central, Xi Jinping ha llevado esta emoción sincera y sencilla por el pueblo allá donde va.

El 24 de marzo de 2021, Xi Jinping saluda al público durante una visita al Parque de Campo de Fushan, en la ciudad de Fuzhou, provincia de Fujian, China.

Xi Jinping fue asignado a la provincia de Fujian en 1985. En total, estuvo 17 años y medio trabajando en la provincia, desde Xiamen a Ningde y luego a Fuzhou. No en vano, considera Fujian como una más de sus provincias natales. Una vez expresó emocionado: “Estoy profundamente apegado a las montañas, las aguas, y las plantas de aquí. Después de completar mis mandatos en Fujian, sigo prestando atención a su desarrollo. Algunas de las reflexiones y las exploraciones que realicé cuando trabajaba por aquí siguen profundizándose en mi carrera posterior, y algunas incluso han sido puestas en práctica a mayor escala en todo el país”.

En marzo de 2021, Xi Jinping visitó Fujian. De camino, se encontró con unos turistas procedentes de la ciudad de Shangrao, provincia de Jiangxi, que viajaron a Wuyishan en tren en 22 minutos. Lo duro de las pasadas tres inspecciones al pueblo de Xiadang aún está fresco en la memoria, por ello, se siente muy emocionado con los progresos conseguidos.

“Al ver el constante desarrollo de los lugares donde has trabajado duro te sientes más feliz”.

El 23 de septiembre de 2023. La tierra de Zhejiang está perfumada con el olor del osmanto.

Xi Jinping y su esposa, Peng Liyuan, celebraron un banquete en el Jardín Yi del Hotel Xizi, cerca del lago del Oeste, para dar la bienvenida a los dignatarios internacionales que asistirían a la ceremonia de inauguración de los XIX Juegos Asiáticos de(en) Hangzhou. En su discurso, Xi promocionó calurosamente Zhejiang ante los invitados: “Estuve años trabajando en Zhejiang. Zhejiang ha venido adhiriéndose a la reforma y la apertura y acelerando el desarrollo de alta calidad. Zhejiang, que está construyendo una zona de demostración de prosperidad compartida, es la pionera de la modernización al estilo chino.”

El 20 de septiembre de 2023, Xi Jinping conversó con los residentes locales durante su visita a la aldea de Lizu, municipio de Yiwu, ciudad de Jinhua, provincia de Zhejiang.

Xi Jinping pasó seis años trabajando en Zhejiang, por lo que está familiarizado con el entorno y las costumbres locales. Ha impulsado, orientado y presenciado el nuevo desarrollo de la provincia. “Después de asumir cargos a nivel nacional, regresé a Zhejiang en muchas ocasiones, y recorrí uno o dos lugares cada vez que venía”.

Para el último regreso, Xi planteó nuevas y mayores demandas a Zhejiang. Espera que la provincia sirva de ejemplo para todo el país en la construcción de una zona de demostración de prosperidad compartida y un nuevo modelo de modernización al estilo chino, y que siga obteniendo avances en todos los ámbitos, para que las condiciones de vida de la gente sigan mejorando.

Su sentimiento hacia el pueblo es sincero y profundo como siempre.

Gobernar un gran país de más de 1.400 millones de personas es un trabajo pesado y una tarea ardua. Pero Xi Jinping dice que “mi trabajo es servir al pueblo, es agotador, pero me hace feliz”. Por el camino, el “hijo de la tierra amarilla” ha transformado su más fuerte amor por su tierra en la búsqueda persistente de una vida mejor para todo el pueblo chino y en una dedicación desinteresada, que se ha sublimado en la confesión más sentida:

“Trabajaré con abnegada devoción para no defraudar al pueblo”.

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