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Política

“Los gobernadores tienen que pagarle los sueldos a los docentes, no pueden echarle la culpa a Milei”

María Eugenia Vidal ya no es una recién llegada a la política. Sobre todo, porque luego de años de ser la niña bonita, la candidata perfecta, conoció el lado áspero del poder. Ahora, desde una humilde banca de diputada está recuperando centralidad desde una defensa blindada del gobierno de Milei que sorprendió a propios y extraños. Recibió a LPO en las coquetas oficinas de la calle Arroyo, que pronto abandonará. 

– ¿Cómo ves, ya con dos meses largos en el gobierno, la presidencia de Milei?

– Creo que el rumbo económico, aunque doloroso, es el correcto. Todos sabíamos que que la bomba que se fue construyendo en los últimos cuatro años no iba a ser fácil de desactivar y que los argentinos íbamos a enfrentar muchas exigencias para hacerlo y lo estamos haciendo. Haber puesto sobre la mesa que sin equilibrio fiscal no hay manera de enfrentar la inflación, que es lo que más nos urge, me parece valiente. Creo que es el primer gobierno en muchos años que está dispuesto a dar esa batalla desde el primer día y no solo cuando las cosas no van bien. Por otro lado, creo que es un gobierno, con debilidad parlamentaria, sin gobernadores y sin experiencia previa y todo eso hace más difícil cualquier arranque, pero muchos argentinos lo están apoyando. Así que creo que si los argentinos lo siguen apoyando, va a ser más fácil que pueda llevar adelante las reformas que quiere hacer.

– Vos sorprendiste porque apenas asumió Milei giraste a un apoyo muy fuerte, muy claro. ¿Por qué?

– Yo no pedí el voto para Milei en el balotaje, fui una de las dirigentes de mi partido que no lo hizo, pero sus medidas van en el sentido correcto. Tanto el anuncio de Caputo que iban a buscar el déficit fiscal cero, como el DNU, que también va en el sentido correcto, más allá que hoy esté en discusión en la Justicia. Yo dije públicamente que estaba a favor de la derogación de la ley de alquileres, que estaba a favor de la educación esencial para que los paros dejen de causar cada vez más días de clase perdidos por los chicos, que estaba de acuerdo con la reforma laboral. Creo que la reforma laboral es urgente en la Argentina.

– ¿Pero que te llevó de no apoyarlo en el balotaje a ser una de sus principales voces en diputados?

 – Más allá que no haya pedido el voto para Milei y que no sea parte de La Libertad Avanza, si él hace algo que yo creo que es bueno para el país, lo voy a apoyar, y yo creo que el DNU está bien y creo que la Ley Omnibus que mandó, que tuvo muchísimas mejoras, yo iba muy tranquila a votarla. Lamento que no se haya votado porque, si la ley se hubiera votado, hoy los jubilados podrían tener una fórmula mucho más justa que la que tienen. El Gobierno había llegado a proponer una fórmula donde las jubilaciones aumentaran por la inflación y hoy creo que eso es lo más justo que les puede pasar. Se hubiera definitivamente afirmado la idea de educación esencial por ley y provincias como Santa Cruz o Chubut, que no tuvieron más de 100 días de clases el año pasado, podrían estar tranquilas de que aún cuando haya huelga, las escuelas iban a estar abiertas y los chicos aprendiendo. Así como la eliminación de los fondos fiduciarios, que en buena hora que la Argentina se debata qué son los fondos fiduciarios y se pueda entender porque es importante eliminarlos. Todas las cosas que se discutían en la ley para mí iban en el sentido de cambios profundos que permitirían generar más empleo y sacar las trabas que se generan desde el Estado a quien quiere invertir.

El rumbo económico, aunque doloroso, es el correcto. Haber puesto sobre la mesa que sin equilibrio fiscal no hay manera de enfrentar la inflación me parece valiente. Creo que es el primer gobierno en muchos años que está dispuesto a dar esa batalla desde el primer día y no solo cuando las cosas no van bien.

– La ley fracasó, por más que ahora el Gobierno diga que eso es buenísimo porque quedó la casta del otro lado. Se supone que un presidente quiere que le aprueben las leyes, no que se las rechacen. ¿Cuánto hay de mala praxis del gobierno, incluso del propio Milei, cuando agrede a los radicales que después le tienen que votar las leyes?

– Yo creo que las descalificaciones y las agresiones nunca suman en política, ni es el camino para resolver los problemas. Ahora, dicho esto, creo que la ley no salió por dos cuestiones. La primera, porque el gobierno fue al recinto con un dictamen que tenía apoyo de mayoría pero más de 350 disidencias. Y cuando vos tenés un dictamen para tratar en el recinto con más de 350 diferencias al interior de los artículos, es probable que pase lo que pasó. Yo creo que deberíamos haber llegado a recinto con un dictamen con muchas más coincidencias y no esperar a resolverlas allí. En segundo lugar, creo que todavía en la Argentina hay una idea de sálvese quien pueda, muchos tiran de una frazada que es corta, donde tapás de un lado y destapás del otro. Y tenemos que ser conscientes que llegó el momento donde todos, tenemos que ceder algo, sobre todo los que en mejores condiciones estamos. No los jubilados, no lo más pobres entre los pobres, no los trabajadores informales, esos no. Porque no tienen más espalda, ya no tienen más margen para ceder, pero todos los demás sí. 

– ¿A quien te referis?

– Involucro a todos, a sectores de la economía, provincias, municipios y gobierno nacional. O sea, este es un momento de mucho dolor para el país. Para mí, es una de las crisis más graves que tuvimos en estos 40 años de democracia. No hay lugar para la mezquindad, para la cosa chiquita, para andar tironeando. De todas maneras, yo no doy la ley ómnibus como un capítulo cerrado y perdido. El Congreso va a seguir funcionando. El 1º de marzo empiezan las sesiones y todavía estamos a tiempo de recuperar muchos capítulos y discutirlos. Hay que discutir una reforma laboral, una fórmula jubilatoria, el tema de ganancias y los límites de aporte de los monotributistas. Fue un período extraordinario, la ley no salió. A partir del 1º de marzo hay que intentarlo de nuevo.

– Esto se lo advirtieron al Gobierno varios de tus colegas del bloque del PRO e incluso Pichetto. Es decir, que tenía más lógica dividir la ley en distintos proyectos y hubiera sido más sencillo y fácil su tratamiento y sanción…

– Yo creo que había que retomar de los lugares donde sí teníamos consenso y votos: había consenso y votos para un blanqueo, una moratoria -que para las pymes es fundamental-, había consenso en incluir algunos temas de la reforma laboral, el tema de multas, el periodo de prueba, el fondo del cese optativo y ahí había votos dentro del radicalismo, dentro del bloque de Hacemos Coalición Federal y, por supuesto, dentro del bloque del PRO y La Libertad Avanza. Había consensos en relación a ley de hidrocarburos o la ley de Defensa de la Competencia, todavía se puede avanzar en muchos capítulos de la ley.

Acá lo que importa no es ni el Presidente ni los diputados, es la gente. No se trata de si Rodrigo de Loredo se ofende o el Presidente no quiere sentarse. Las víctimas no están ni en la Casa Rosana ni en el Congreso. La víctima es el argentino que hizo tres horas de cola para inscribir la Sube para pagar menos el colectivo. 

– ¿Fragmentada en distintos proyectos?

– Fragmentada o si nos volvemos a sentar todos juntos en una misma mesa, avanzando y arrancando por donde había consenso la última vez que lo dejamos de tratar.

– ¿Pero de verdad crees posible que se pueda recontruir esa mayoría para aprobarle algo al Gobierno después de todo lo que le dijo Milei a los diputados que lo ayudaron, a los que trató de coimeros, entre otras cosas? Ya se autodenunció De Loredo, por ejemplo, para que la justicia investigue si es coimero.

– Tiene que suceder, porque acá lo que importa no es ni el Presidente ni los diputados, importa la gente. Cuando vos ves que en los últimos cuatro años los jubilados perdieron más de un punto del PBI, que el gasto de seguridad se redujo de esa manera, que una jubilación mínima hoy está en 100 dólares y que el bono se mantiene en 55.000, no se trata de si Rodrigo de Loredo se ofende o el Presidente no quiere sentarse, hay algo más importante que nosotros. Las víctimas no están ni dentro de la Casa Rosana ni dentro del Congreso. La víctima es el argentino que hizo las tres horas de cola para inscribir la Sube para pagar menos el colectivo. Las ofensas tienen que pasar a segundo lugar.

– Cuando empezó el gobierno Macri pidió que Cristian Ritondo presida la Cámara de Diputados. Un pedido que tras el fracaso de la ley ómnibus reiteró, como una manera de profesionalizar la gestión de acuerdos políticos en la cámara. ¿Cómo lo ves?

– Es una decisión del Presidente, que es el que propone al presidente la cámara. Por supuesto, y creo que lo demostró una vez más en el en el desarrollo de esta ley, Cristian es un excelente jefe de bloque y tiene todas las condiciones para ocupar no solo un cargo de presidencia de cámara, sino cualquier lugar que le propongan. Porque es una persona con mucha experiencia. Pero esa es una decisión que tiene que tomar el Presidente. 

– Macri quiere presidir el PRO. ¿Estás de acuerdo?

– Lo primero que me parece importante es que el PRO tiene que tener una lista de unidad. Si hay algo que el PRO no puede hacer en este contexto de sufrimiento, es ir a una interna de cargos. Creo que la interna y la confrontación le hicieron mucho daño. Primero, una lista de unidad. Segundo, una lista que integre a todos: a los gobernadores, a los intendentes, al interior, al AMBA. Y que pueda reflejar toda la diversidad que tiene el PRO. Y tercero, me parece legítimo que si su fundador, que es Mauricio, quiere presidirlo… lo haga.

– En los últimos días hubo una versión bastante fuerte acerca de que Patricia Bullrich se baja de esa pelea. ¿Le recomendarías que lo haga?

– Yo no lo sé, no lo hablé con ella, no sé cuál es su decisión. Más que bajarse o subirse, me parece que es importante que todos nos pongamos de acuerdo en que no hay espacio para la pelea. Patricia, tiene una responsabilidad enorme en el Ministerio de Seguridad. Mauricio, si tiene esta vocación de hacerse cargo del partido, será contribuyendo a la fortaleza del partido. Cada uno tiene algo que hacer. Y me parece que no es tiempo de peleas.

No puedo estar de acuerdo nunca con un nombramiento como el de Scioli. Para mí es el que dejó la provincia en diciembre de 2015, a 10 días de pagar aguinaldos y sueldos, sin fondos. 

– ¿Qué opinas de esta idea de integrar a La Libertad Avanza con el PRO, ya sea en un interbloque o, directamente, fusionar los dos partidos?

– El PRO tiene 20 años. Yo creo que es un espacio muy valioso a pesar de que no hayamos ganado la elección. Gobierna tres provincias y muchos municipios, tiene un bloque consolidado y dirigentes con mucha experiencia. Eso es un valor a preservar. Eventualmente, en un espacio de discusión con La Libertad Avanza, lo más importante no son los cargos o cómo quedan los partidos, lo más importante son las ideas. Está claro, y este mes lo demostró por las iniciativas que tomó el gobierno, que el rumbo económico es un rumbo que nosotros compartimos. Las ideas económicas son ideas que para nosotros van en el sentido correcto. Ahora, esto no se agota en las ideas económicas. Hay una parte institucional, hay una parte social, que no digo que no vayamos a estar de acuerdo pero no las hemos discutido. Es importante una comunión de rumbo y de valores. Y por supuesto que, más allá de que haya o no haya un entendimiento entre ambos partidos, el PRO ya decidió que quiere ayudar en esta etapa. Nosotros estamos para poner el hombro sin especular o sin mezquindad, como lo hicimos hasta ahora. Porque hasta ahora no hay ningún acuerdo con el gobierno y, sin embargo, apoyamos la ley, trabajamos para mejorarla y apoyamos el DNU.

– Hay una queja de algunos compañeros tuyos del partido, que dice: “Nosotros le damos los votos, somos los que estamos siempre y Milei le da los cargos a los peronistas como Scioli”.

– No puedo estar de acuerdo nunca con un nombramiento como el de Scioli. Para mí es el que dejó la provincia en diciembre de 2015, a 10 días de pagar aguinaldos y sueldos, sin fondos. Pero creo que las discusiones no pueden ser sobre lo que yo pienso o a mí me parece de Scioli sino que hay un país en emergencia, con mucha gente sufriendo y que puede sufrir más si las cosas salen mal. No creo que haya que especular con que si hay cargos o no hay cargos. Yo no especulo, no especulé ni voy a especular sobre eso. 

-¿Tiene futuro Juntos? Lo que se está viendo es que el Pro está haciendo un apoyo decidido del gobierno y los radicales están derivando hacia una oposición frontal. ¿Qué va a pasar con Juntos en 2025, cuando haya que armar las listas?

– Desde que terminó la elección, Juntos como tal no volvió a reunirse. Eso me parece una primera señal. Una segunda señal, los bloques hoy actuamos de manera independiente. O sea, no hay una reunión ni un interbloque entre los distintos partidos. Los gobernadores sí mantienen un ámbito de encuentro. Si hay un aprendizaje que hacer, es que las coaliciones se tienen que construir sobre la base de ideas compartidas. En Juntos nos unía la idea republicana, institucional, la idea de que no haya un poder desmadrado que avance sobre los demás, el federalismo. Esas ideas nos convocaron a resistir a los avances del kirchnerismo, pero no tuvimos una idea común sobre el rumbo económico. No puede haber coalición nuevamente si no hay un acuerdo sólido sobre qué país queremos en todos los frentes, en el frente económico, en el frente institucional, en el frente social. 

– Los radicales marcan mucho que Milei tiene una tendencia desde la derecha, pero similar al kirchnerismo, de avanzar sobre lo institucional…

– Por ahora son formas, no fondo. El Presidente tiene una forma de expresarse, de actuar y de tomar decisiones que probablemente a una parte de la clase política no le gusta y no la comparta. Pero hasta ahora, no vi ni un intento de avasallamiento del Poder Judicial, no hubo ningún intento de avanzar sobre la Corte. Parece que fue hace un siglo, pero hace dos meses se discutió un juicio político en Argentina sobre los miembros de la Corte Suprema. No he visto esa actitud en estos dos meses sobre el Poder Judicial, tampoco sobre el Congreso. El Presidente puso una ley en discusión y el Congreso no la quiso votar y no la votó.

El Presidente tiene una forma de expresarse, de actuar y de tomar decisiones que probablemente a una parte de la clase política no le gusta y no la comparta. Pero hasta ahora, no vi que el Poder Ejecutivo haya avanzado sobre la división de poderes.

– No pareció muy republicana esa publicación de la Oficina de Prensa de la Presidencia de un listado de diputados que votaron contra la norma, acusándolos de traidores.

– Con eso yo no estoy de acuerdo, no creo que sea la forma, pero no es un avasallamiento a la capacidad del Congreso. Sin consenso, este Congreso no saca leyes. O sea, hoy no hay un oficialismo con mayoría automática, que puede imponer cualquier ley que quiera. En la práctica, el Congreso funciona, las comisiones se constituyeron, la ley se discutió y tanto funciona que, cuando un grupo de bloques no le quiso aprobar la ley, no se aprobó. Hasta ahora, no creo que el Poder Ejecutivo haya avanzado sobre la división de poderes. Si después me preguntas por las formas, y sí hay formas que comparto y otras que no.

– Dirigentes importantes del PRO dicen: “Si a Milei le va bien reelige, y si a Milei le va mal, nos arrastra. No tenemos otra opción que apoyarlo”. ¿Coincidís?

– La primera me parece una conclusión razonable. Si un presidente es exitoso, en general es reelegido. Ya lo hemos vivido. La segunda me parece que depende de nuestra capacidad. Si hay algo que la gente está mirando no es el éxito o el fracaso, sino si la política especula o no, si está dispuesta a poner el cuerpo o no. El futuro del PRO depende del PRO. No depende de Milei ni de ningún otro actor. Depende de que recuperemos la fortaleza de nuestro partido y ahí actuemos, como lo hicimos durante muchos años y fuimos exitosos. Pero, antes que el éxito, vino la convicción. El PRO tiene que recuperar eso.

– Vos pasaste por Desarrollo Social en la Ciudad, tenes mucha experiencia en esa área. Pettovello arrancó con una política muy dura, al decir que va a eliminar los gerentes de la pobreza, los intermediarios. ¿Es posible?

– Me parece necesario, más que posible. Ya tuvimos muchas muestras de que la intermediación no funcionó. No funcionó para mejorar los niveles de pobreza, hoy tenemos mucha más pobreza que antes. No funcionó tampoco en la libertad de las personas porque tuvimos la muestra cuando el gobierno abrió un canal de denuncias y llovieron las denuncias. Yo lo he vivido y me lo han contado en los barrios, es algo que todos sabemos. Se utilizan los planes como extorsión para ir al piquete, para ir a la marcha o para apoyar a determinados dirigentes, hasta la aberración que vimos en Chaco de un dirigente que usaba planes para para cometer el delito de trata de personas. Se han visto cosas indefendibles. 

Es inevitable el camino de la desintermediación. Y ahí hay muchas cosas para hacer. Es importante, primero, utilizar las herramientas más transparentes. La primera decisión del gobierno fue poner plata en la Asignación Universal por Hijo y en la Tarjeta Alimentar. Son dos herramientas de asistencia que no pasan por los intermediarios. La estrategia de poner los recursos donde la gente los recibe directamente y controlar directamente por Anses, me parece bien. También me parece bien que se cambie el sistema de los comedores, que no se compre más la comida. Todos sabemos que además son compras, ya sea por corrupción o por inflación o por las demoras de pago del Estado, que hacen que nunca los precios de los alimentos sean los que nosotros compraríamos en el supermercado. Está bien que permitamos que cada comedor puede elegir alimentos frescos con esos fondos, que puedan comprar carne, puedan comprar verdura.  

– ¿Es un camino para aliviar la pobreza?

– Con todo esto no vamos a empezar a aliviar estructuralmente el camino de la pobreza. ¿Qué te saca de la pobreza?: te saca la pobreza el nivel educativo, te saca la pobreza a tener un trabajo. El 98% de los argentinos pasamos por la primaria. A priori, cualquier persona de cualquier otro país del mundo diría que acá toda la gente está alfabetizada, sí toda la gente hizo el primario. Pero después te das cuenta que la mitad de los chicos que terminan sexto grado no comprenden un texto. Bueno, hay algo que está pasando. Tenés el título primario, pero no sabés leer. Si no sabés leer, no podés aprender matemáticas porque no entendés la consigna de un problema. Si no sabés leer, no podés estudiar ninguna otra materia. Si no sabes leer aún cuando te den un título secundario, no vas a tener ninguna habilidad blanda para el trabajo. Yo me he encontrado recorriendo el país, y en muchísimos lugares me dicen “un operario no puede leer una orden de trabajo, no entiende lo que la orden dice”. Es urgente un Plan de Alfabetización. Tenemos que hacer que nuestros chicos salgan del primario sabiendo leer y escribir, comprendiendo un texto y sabiendo hacer operaciones matemáticas básicas. No le pidamos más, arranquemos por ahí. Porque eso después le determina todo su futuro. No digo que con esto alcance, pero es una manera de empezar.

Si los periodistas y los medios ya no reciben pauta, si los empresarios ya no reciben regímenes de protección, si los ministerios han tenido que reducir su presupuesto, si la gente está haciendo un esfuerzo enorme, ¿cuál es la parte de las provincias? 

– Vos fuiste gobernadora. ¿Qué pensas de esta pelea creciente entre Milei y los gobernadores?

– Creo que es importante un nuevo pacto fiscal, que es lo que no estamos discutiendo. O sea, al final del día -que es algo que Mauricio hizo en el 2017 y lamentablemente después se derogó-, los gobernadores y el gobierno nacional se tienen que juntar. Porque como dice Milei, el bolsillo es uno solo, es el del contribuyente, es el tuyo. Tenemos que decidir entre todos, gobiernos provinciales y gobierno nacional, qué impuestos vamos a cobrar. A nivel nacional, hay más de 160 impuestos y 11 te explican el 90% de la recaudación, y no cuento los provinciales, los municipales. ¿Cuál es nuestro mapa de impuestos? ¿Cómo se financia el Estado? ¿Qué impuestos se cobran, entendiendo que hay impuestos más progresivos que otros? Simplificación, pocos impuestos y que tengamos claro quién cobra qué y cuánto se llevan las provincias y cuánto la Nación. 

– ¿Te parece bien que el gobierno haya bajado a cero las llamadas trasnferencias discrecionales a las provincias?

– Hay que discutir eso que recibe cada uno, ¿en base a qué criterio se da?. ¿Es porque sos la provincia más grande, es porque tenés mayor población, la que tiene más pobres, la que más aporta o es porque sos la que mejor se administra? Esos criterios deben ser discutidos y eso incluye todo. Incluye los impuestos e incluye las transferencias discrecionales. Terminemos con el fondo de esto, el fondo del otro, el fondo de la infraestructura, el fondo docente, el fondo del transporte, el fondo del tabaco, el fondo de las obras regionales del Norte. No. Un solo lugar y que la gente sepa para qué paga lo que paga y quién hace qué. Porque acá tenés mucha duplicación de cosas. Ttenés hospitales municipales, provinciales y nacionales, en un mismo territorio, sin ningún tipo de criterio de, por ejemplo, cómo se derivan los pacientes. ¿Quién hace qué? ¿A quién le reclamo por la seguridad? A éste. ¿A quién le reclamó por los hospitales? A éste. ¿A quién le reclamo la obra hidráulica para no inundarme? A este. Eso te va uniendo responsabilidades con plata. Yo siento que estamos siempre discutiendo el parche, si coparticipamos esto, si creamos un fondo de no sé qué y la gente nunca termina de saber de quién es la responsabilidad y de quién es la culpa.

– Para que se acuerde un nuevo pacto fiscal Nación-provincias imagino que habría que empezar por un diálogo más fluido con los gobernadores, porque incluso los que empezaron siendo aliados, como Pullaro, Cornejo o Llaryora, están sufriendo ataques de los libertarios y están corriéndose a una posición de fastidio y de enojo. 

– No tengo dudas de que tiene que haber un marco de entendimiento. Los gobernadores están legitimados por la gente tanto como el Presidente. También creo que, desde ese mismo lugar, todos tenemos que entender que hay algo que poner más que algo que pedir. Sólo por el hecho de que en la Argentina el bolsillo del payaso se acabó, no hay más nada. No hay más margen para ver como me garantizo los recursos que necesito a costa de todos los demás. Ahí todavía falta todavía más conciencia en todo el arco político y algunos sectores de la economía, que quieren seguir con un esquema protegido que termina creando un precio más caro para los consumidores o para los ciudadanos. Si los periodistas y los medios ya no reciben pauta, si los empresarios ya no reciben regímenes de protección, si los ministerios han tenido que reducir su presupuesto, si la gente está haciendo un esfuerzo enorme, jubilados o ciudadanos, ¿cuál es la parte de las provincias? 

-¿Ves a todos los gobernadores con esa actitud?

– No quiero generalizar, vos hablaste de Alfredo Cornejo. Alfredo ha sido un gran administrador, no es todo lo mismo. Yo veo a Kicillof que sale a decir que pueden no empezar las clases porque no tienen los recursos. La pregunta es por qué no tiene los recursos. ¿Por qué Milei no le mandó el Fondo Nacional del Incentivo Docente o porque a pesar de que le votamos 1.800 millones de dólares de endeudamiento, 300 por ciento aumento de impuestos y recibió de Alberto más de 4.000 millones de dólares de transferencias discrecionales no le alcanza? ¿No le alcanza porque sumó 45.000 empleados públicos y 800 cargos políticos? ¿Es lo mismo un gobernador que hace eso que un gobernador que administra bien pensando que las cuentas tienen que cerrar y que no puede depender de transferencias discrecionales de Nación? No es lo mismo porque los mendocinos hicieron un esfuerzo distinto al que hicieron los bonaerenses con Kicillof. Esas cosas tienen que estar en la mesa, porque después hablamos de los gobernadores como si fueran todos iguales. Y vas a Santiago del Estero, y yo estuve ahí, y ves que hay dos torres, mega torres en la capital de Santiago, que se le llama las Torres Gemelas, porque se parecen a las de Estados Unidos. Son edificios que costaron millones y millones de dólares y que ocupa el Ministerio de Economía de la provincia, ¿Esa era una prioridad para Santiago?.

Me parece muy válido si algunos gobernadores quieren discutir el Fonid con el Presidente, pero una cosa es discutirlo y otra cosa es no pagarle a los docentes y dejar que haya paro. Si vos sos gobernador, tu prioridad tiene que ser pagar el salario docente, no hay excusas. 

– Cuando se discutió la ley ómnibus, un sector del radicalismo propuso que se analice la famosa separata del presupuesto 2023, donde Massa documentó todos los beneficios empresariales que financie el Estado, entre ellos el régimen de Tierra del Fuego y el gobierno no quiso meter la mano ahí. Se supone que cuestan entre 2,5 puntos del PBI según el ministro Caputo y 4 puntos del PBI según Massa.

– Está bien que el régimen se discuta, pero no es realista pensar que eso va a cambiar de un día para el otro. ¿Por qué? Porque hay miles de puestos de trabajo. ¿Vos terminás con el régimen y al día siguiente qué haces, en una isla que todavía no desarrolló lo suficiente ni el sector pesca ni el sector turismo, ni las reservas de gas que tiene? ¿Puede reconvertirse? Sí, pero eso requiere tiempo. Debatámoslo. ¿Es verdad que las empresas se llevan un beneficio?

– Cobran el IVA y no lo pagan…

– Vale la pena la discusión. No me asusto. Más allá de que esa famosa separata estaba sobreestimada. Discutamos Ganancias de empleados judiciales…

– O Mercado Libre…

– Economía del conocimiento. Quiero decir algo: yo creo que minería, economía del conocimiento, agroindustria, los cinco sectores estratégicos de Argentina que traen empleo o dólares, o las dos cosas juntas, lo que hay que hacer es generar todos los sistemas de incentivo posible para que suceda. No lo veo como una exención impositiva. No me parece comparable uno con otro. O sea, economía el conocimiento con Tierra del Fuego.

– ¿Pensas que la decisión de eliminar el Fondo del Incentivo Docente puede ser una torpeza del gobierno porque le da la excusa a los gobernadores para nacionalizarle el conflicto docente y mandarlos a protestar a la Casa Rosada?

– La pregunta es: ¿Y los pibes? ¿Y los docentes qué, no van a cobrar? Esa debería ser su prioridad, no a quién echarle la culpa. Me parece muy válido si algunos gobernadores quieren discutir el Fonid con el Presidente, pero una cosa es discutirlo y otra cosa es no pagarle a los docentes y dejar que haya paro. Si vos sos gobernador, tu prioridad tiene que ser pagar el salario docente. No puede ser que sea tu excusa para que los docentes no cobren o para que no empiecen la clases. La educación, por Constitución, es una responsabilidad de las provincias. Es federal, no nacional. Y si no tenías partidas asignadas suficientes, tendrás que hacer recortes en otra. Mi pregunta es: ¿Qué es más importante que pagarle a los docentes en tu provincia para que empiecen las clases?. A mí me tocó gobernar una provincia que cuando llegué no tenía plata para pagar aguinaldo y sueldos. Y yo no les dije a los trabajadores de la provincia: “Ah, fue Nación, y no van a cobrar porque Scioli no me dejó la plata”. Hice todo lo que tenía que hacer para que cobraran. También le pedí al gobierno nacional y me banqué el costo de aumentar los impuestos. Y desde ese día, nunca más le pedí plata al gobierno para pagar sueldos. No hay excusas, el sueldo se paga.

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