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Kicillof encara una negociación por la Suprema Corte y le daría un juez a los libertarios

Axel Kicillof dio la orden de iniciar una demorada negociación para ocupar los cuatro asientos vacantes de la Corte bonaerense. El diálogo para normalizar el máximo tribunal, tanto hacia adentro del peronismo, como con la oposición, está lanzado.

Quien está al frente de las negociaciones es Mariano Cascallares, el intendente de Almirante Brown, que en el último año consiguió acercarse al pequeño círculo de toma de decisiones que rodea al gobernador.

La Suprema Corte bonaerense funciona con apenas tres de los siete jueces que la componen, una anormalidad institucional que preocupa en todos los ámbitos políticos.

Hasta ahora Kicillof se negaba a abrir esa negociación, pero en los últimos días trascendió que la jueza Hilda Kogan habría adelantado al gobierno sus intenciones de tramitar su jubilación.

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En los últimos años la Corte fue acumulando vacancias. En junio del año pasado se retiró Luis Genoud, antes habían renunciado Eduardo De Lázzari y Juan Carlos Hitters. También falleció en su cargo el juez Héctor Negri, en 2020.

Kicillof siempre se negó a cubrir esas vacancias. “Así como está funciona muy bien”, repitieron durante meses en el Ejecutivo. Pero la posible salida de Kogan alteró los planes del gobierno.

A Kogan le tocó estar al frente de la elección desdoblada de septiembre. Ocurre que la presidencia de la Suprema Corte es anual y rotativa, y quien ostenta la presidencia del Máximo Tribunal queda como presidente de la Junta Electoral bonaerense. Allí estaba Kogan cuando Kicilof desdobló la elección y por tanto fue la principal responsable de garantizar una elección casi inédita en la historia reciente de la provincia. “Hasta acá llegué”, dijo días después.

Hilda Kogan.

Quienes siguen el tema aseguran que será una negociación larga y que excederá por lejos los tiempos del presupuesto. En los primeros borradores los tres sectores mayoritarios del peronismo (axelismo, kirchnerismo y massismo) se quedarán con un asiento, el cuarto quedará para La Libertad Avanza.

Esto último supone un cambio importante respecto de la configuración de la oposición de los últimos seis años. La mayoría opositora ya no está en lo que supo ser Juntos (PRO, UCR y Coalición Cívica), sino en los libertarios, que tendrán al PRO como socios principales en la Legislatura.

Sebastián Pareja.

Los libertarios serán la segunda minoría en la Legislatura y tendrán la llave para la mayoría calificada (los dos tercios). LPO adelantó en septiembre el poder que consolidó Sebastián Pareja al tener los mejores lugares en las listas de la elección desdoblada. Serán unos 20 legisladores propios, que más allá del paraguas de La Libertad Avanza, responderán a su jefe más cercano: Pareja.

Quizás el sector más golpeado con la apertura de un canal de negociación con los libertarios sea el radicalismo que hasta el año pasado parecía tener asegurado un lugar en la Corte. Ese sillón era para el espacio del senador nacional Maximiliano Abad y la elegida era su esposa Marina Sánchez Herrero.

Sin embargo, la irrupción de La Libertad Avanza y las internas por el control del Comité Provincia debilitaron al radicalismo bonaerense. En la elección de septiembre el partido perdió nada menos que 149 concejales. En la Legislatura perdió 12 de los 14 legisladores que puso en juego.

Esta nota fue publicada en el portal LaPolíticaOnline. Leer más

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